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El Día del Padre es para festejarse y no hay ceremonia más adecuada para este integrante de la familia, que una buena carne asada. Por eso no te quiebres la cabeza y prepara la parrilla para pasarla a todo dar con tu papá.

Si bien las fiestas improvisadas se disfrutan bastante, en esta ocasión vamos a celebrarle a papá y no queremos que falte algo, así que desde antes nos encargaremos de que haya suficientes desechables Reyma, servilletas Kihara y aluminio Aluking’s.

Por lo regular, el ritual de la carne asada orbita alrededor de un personaje clave: tu papá. Otros días puede ser que no lo veas tan activo o muy entusiasmado, pero seguro que si hay asado, desde temprano lo verás limpiando la parrilla, enfriando bebidas en la hielera o envolviendo en aluminio las papás y el chorizo.

Vamos a darle chance, muchas veces su ritmo de vida no incluye tantas oportunidades para socializar y desestresarse, como sí lo puede ser una reunión de este tipo, en la que uno comparte anécdotas alegres con sus seres queridos, así como sus preocupaciones.

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Te darás cuenta de que no hay vuelta atrás, cuando el carbón ya prendió y papá pone su música para festejar esta primera victoria. Entonces arrima un plato con botana junto al asador y destapa una bebida. Desde ahí te consta que se la está pasando bien.

Entonces llega tu tío y se para frente al fogón con tu papá, que se siente como pez en el agua porque nadie más en la casa domina la técnica de darle vuelta a la carne con una mano, mientras sostiene su vaso con la otra y gira la cabeza para preguntarle a su hermano si no piensa tomar algo.

Por otra parte, aunque no sea muy evidente, estas convivencias suelen ser formativas para los hijos, pues a través de ellas los padres nos transmiten una serie de conocimientos que a su vez adquirieron cuando a ellos les tocó ayudarle a sus papás a preparar todo.

Así es como muchos nos enteramos sobre cómo prender el carbón, marinar la carne, distribuir los alimentos en la parrilla y hasta acomodar las bebidas en la hielera, incluso nos aprendemos las canciones que nuestros papás escuchan y que años después nosotros cantaremos cuando estemos al frente de nuestra propia carne asada.

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Otro beneficio de apoyar a papá en la parrilla es que te da chance de ser el primero en probar la comida cuando ya está lista, así que comes cada vez que sale una tanda de carne. Al final todos quedan satisfechos y el lugar se permea de una sensación de complacencia, donde la constante siempre son el olor del asado, las sonrisas y los productos del catálogo Reyma. Este Día del Padre no dejemos pasar la oportunidad y compartamos con él una tarde inolvidable.

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